¿CÓMO VIVE EL DIVORCIO UN HIJO?

Los niños de padres separados o divorciados, suelen presentar diversos problemas de conductas y personales. Son pequeños que viven problemas de adaptación ante su nueva situación.
Durante el año que sigue a la separación, los hijos presentan problemas de agresión,  desobedicencia, disminución del trato social, problemas en la relación con gente de su misma edad y en las relaciones heterosexuales, delincuencia, consumo de drogas, resentimiento, ansiedad, depresión y culpabilidad son las más comunes, junto con la confusión y aprensión por el cambio de relaciones con los padres, en mayor escala que los hijos de hogares intacto.
Los niños presentan crisis del divorcio, donde figuran sentimientos de pérdida, cambio, incertidumbre y estrés asociados al conflicto. Sin embargo, la respuesta de los niños al divorcio es amplia y variada y depende de factores como la edad y el desarrollo evolutivo del niño, temperamento y personalidad, diferencias sexuales, acumulación del estrés, cambios vitales tanto en la economía familiar como en las relaciones interpersonales con los padres, apoyos extrafamiliares, etc.
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La exposición de los hijos a las disputas, denigraciones y recriminaciones entre sus padres les conducen a aquéllos a trastornos conductuales y lealtades conflictivas, estas recriminaciones de los padres provocan desacuerdos y una desidelización de éstos por parte de los hijos.
Se presenta madurez temprana, pero puede estar ocultado una inversión de roles o parentificación, instrumental (tareas del hogar, cuidado de sus hermanos) o bien emocional (actuar como consejero o confidente o incluso prestar apoyo emocional al progenitor necesitado)
Por lo general, los divorciados asignan a sus hijos adolescentes más tareas y les obligan a asumir más responsabilidades que los padres de hogares intactos.
Las hijas que viven en hogares monoparentales con una elevada conflictividad entres sus padres pueden presentar mayor parentificación emocional con uno u otro progenitor.
La parentificación instrumental y emocional de las hijas hacen que presenten unos mayores niveles de depresión y ansiedad, mientras que la parentificación emocional de los hijos varones que viven con el padres les lleva a una mayor depresión.
Las revelaciones que las madres hacen a sus hijas es importante de cara a su adaptación, estas confidencias referentes a sus relaciones íntimas y sexuales se asocian con un inicio de actividades sexuales a una edad más temprana y con más problemas externalizantes de conductas, mientras que las relativas a problemas de empleo, situación económica, sobre carga de tareas o soledad se relacionan con una mayor responsabilidad social y depresión de las hijas.
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La influencia de la separación de los padres sobre la calidad de las relaciones entre hermanos, se han formulado dos modelos teóricos: la teoría de la compensación (se produce un mayor acercamiento en respuestas a las dificultades con los padres) y la teoría de la congruencia (similitud de las relaciones padres-hijos y entre hermanos).
La ruptura matrimonial aumenta las interacciones negativas entre hermanos, que se han desentendiendo mutuamente, llegando a producirse una pérdida de afecto y apoyo; pero cuando uno de los hermanos es un adolescente se produce un mayor afecto y apoyo.
Los hijos de hogares monoparentales, comparados con los de hogares intactos, comienzan a una edad más temprana las actividades sexuales y las realizan con más frecuencia; las hijas tienen más probabilidad de convertirse en madres adolescentes.
También es más probable que practiquen el absentismo escolar, tengan un menor rendimiento académico, presenten una menor motivación de logro y menos aspiraciones educativas, y, finalmente no terminen los estudios de secundaria y no consigan alguna titulación universitaria.
Los adolescentes que han vivido varios divorcios de los padres es más probable que presenten una menor aceptación, autonomía y supervisión, más conflictos familiares, más conductas disruptivas en la aula y una inferior calificación final global.
Si notamos en lo anterior, los hijos se ven afectados en muchas formas tanto psicológicas, sociales, económicas, familiares, escolares, etc., la vida como la conocieron fue cambiada y se sienten inseguros y tristes, y por ende su comportamiento cambia, están molestos y confundidos, esto conlleva que no puedan expresar sus sentimientos correctamente y actúen de manera errática.
Se recomienda a los padres mantener comunicación cercana con sus hijos, respetar sus opiniones, ser empáticos ante el dolor de su pérdida, acercarse a un psicoterapeuta en caso que los chicos presenten conductas muy agresivas hacia otros o hacia si mismo.

FUENTES DE REFERENCIA
  • http://www.redalyc.org/pdf/727/72704213.pdf
  • https://www.researchgate.net/profile/Jose_Canton2/publication/260421715_Las_consecuencias_del_divorcio_en_los_hijos/links/54f482fd0cf2ba6150633f60/Las-consecuencias-del-divorcio-en-los-hijos.pdf

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